Absentimental

La nicotina ha ocultado tu vacío. La nicotina, y los ojos verdes. Pero el abismo sigue ahí, inmutable, como tú, innegable, como mi locura. Y te pierdo poco a poco entre reflejos sin que ya me duela nada. Porque no me duele nada. Ni te echo de menos. Ni te quiero. Ni te pienso. Pero el hueco de tu ausencia crece y crece, y tú no volverás. Y yo no volveré a desear que estés, ni que vuelvas. Me limito a reptar. A cambiar los tiempos verbales y a dejar de buscar donde no queda nada que encontrar. Me limito a aceptar que si lo miro, dolerá. Siempre.



Nacho Vegas, La gran broma final