dañoscolaterales

Frío y cuellos invertebtrados.Con fracturas en el hipotálamo y la médula deshecha. Contracturas en el alma y tensión en el puto corazón. Inerte en el feroz intento de la locura por envenenar de manera directamente proporcional mi cerebro a las horas a solas. Los huesos se astillan según sigue pasando el tiempo en espacios vacíos y muertos, sombríos y abiertos. Como las pesadillas y las venas. Coherencia igual a cero. Inevitable.



Tides, Aurora

Slnc

Desnutrición social y aspereza en las zanjas que distan y distancian. Noche y frío, noche y frío, noche y frío como remedio a la cadencia, intermitente, de humo azul supliendo ausencias y aire caliente llenando estancias. Denso, lento. Viscoso, como tus vísceras lacerándose en mis manos mientras te miro y te desdoblas, mientras respiras y me ahogas. Envenenado, como las palabras que acumulo y escupo con rabia. Estancado. Exhausto de recordar y no querer seguir sabiendo. Podrido, podrido hasta la médula.Cerrando los ojos, condensando el aire, almacenando pesadillas. Desfigurándose en los charcos de barro. Llovía. Llovía más rápido de lo que las lágrimas caían. El lodo aumentó la nitidez del insomnio, el lodo fundió la lucidez de las ideas. Brillaba el aroma de la sangre, inconexa. Aún resuena la oscuridad en mi cabeza.