Bucle

Tal vez la próxima vez tengamos suerte. Es probable que entonces la bala alcance mi cerebro.
Tú tenías tu frase de siempre y yo la sonrisa del nunca jamás.
Si tan sólo se te ocurriera pensar que me echas de menos,
si osaras volver a decirme que me quieres una vez más
te mataré, sentencié.
Te saqué los huesos y los clavé en tu carne blanda. 
Luego me volaticé, no sin antes mirarte por última vez.
Sin músculos, ni piel.