Drift.

Se me inundó el cráneo de charcos y el espíritu de ausencias. Volvía a no llover y el azul del cielo destemplaba tanto cuerpos como cadencias. Había perdido en la distancia el timbre de tu voz, esa mirada ausente, había perdido tus labios desorientados, y mordidos. No había lugar donde esconderse. No quedaba un maldito lugar impoluto en esta puta ciudad donde resguardarse del no-vendabal, de la no-lluvia, de la no-nada. Todo seguía vacío y gris. El agua se evaporaba con tan sólo imaginarla. Una lágrima tardaba en caer lo que dista el Sol de la Tierra, para no quemarse. Para no quemarnos.



Godspeed You! Black Emperor, Storm