Encefalogramas planos

No soy nadie. Ni tú, ni ellos, ni nadie. Tanto en particular como en general. Somos la casualidad de las casualidades. La fatalidad de las casualidades. La catástrofe de las fatalidades. Homo homini lupus. O cualquier otra absurdez que se refiera a esa piedra perenne ante nuestros pies: la autodestrucción, o la mera estupiez humana.