Vermillion

Todo eran señales y números. Todo se plagaba de humo y lenguas foráneas cuando de enfrentarse a la existencia se trataba. Pero yo seguía sin poder dormir. Encendía los altavoces y ponía la música baja, suave, triste. Como la caricia del aire frío en estas noches extrañamente gélidas en vísperas del verano. Y mientras, me encendía otro cigarro e intentaba digerir mi propio veneno. Tenía la sensación de que el mundo fuera a acabarse en cualquier momento. Que en un instante todo habría desaparecido para siempre. Que no estarías tú, ni yo, ni nadie. Que todo empezaría a significar nada y que la aniquiladora desesperación fruto de la locura desaparecería para siempre. Que mi cerebro retorcido dejaría de arañarme el cuerpo, que cerraría por fin los ojos y sentiría la calma. Que me hundiría en el silencio. Para descansar, sin pensar. Para después poder maullarte, ronronearte y quererte, estando en paz conmigo misma y el universo.


Cat Power, Ice water